Bien tibio

¿Por qué el gobierno de México no es más firme ante las acciones de Trump?

Es un tema donde empresarios, analistas, legisladores o artistas coinciden: el presidente de México, Enrique Peña Nieto, debe tener más determinación.

Pero no lo ha sido y muchos en México se preguntan por qué el mandatario no puede o no quiere asumir una posición más dura ante lo que algunos consideran insultos y humillaciones del magnate.



De hecho, desde el 20 de enero cuando Trump asumió el gobierno el discurso del mandatario mexicano ha sido conciliador, pleno en convocatorias al diálogo.



El analista Salvador García Soto recuerda que sólo una vez Peña pareció mostrarse más estricto, cuando canceló la visita programada a Washington el 31 de enero.



Pero el resto del tiempo "reacciona con tibieza", le dice el especialista a BBC Mundo.



"Es claro que México no se puede confrontar de manera abierta con Estados Unidos por los muchos intereses en común que hay", explica.



"Pero sí se desea, se exige una reacción más firme, más digna y no simplemente estar aguantando todos los ataques, agresiones y acciones de hostilidad del gobierno de Trump hacia México".



Y no ha estado exenta de la controversia la visita a México este jueves de los secretarios de Estado, Rex Tillerson, y de Seguridad, John Kelly.



Senadores como Gabriela Cuevas o Miguel Barbosa pidieron que el presidente no se reuniera con ellos.



Sin embargo, Peña Nieto recibió a los funcionarios en la casa presidencial de Los Pinos. La visita duró menos de una hora y fue calificada como "de cortesía".



Diálogo, el camino

En distintos momentos, el presidente Peña Nieto ha dicho que el mejor camino es mantener el diálogo con el gobierno del estadounidense.



Una tarea que no será fácil, reconoce el mexicano. "Vendrán momentos complejos y tiempos de trabajo arduo", dijo días después que conversó telefónicamente con el magnate.



"Mi responsabilidad es proteger el patrimonio de las familias mexicanas, asegurar las oportunidades que merecen nuestros niños y jóvenes, y por supuesto, defender a los connacionales que viven o se encuentran en Estados Unidos".



Pero algunos no entienden esta posición conciliadora, sobre todo porque las decisiones y comentarios del estadounidense se ven en México como hostiles al país.



Un ejemplo es la filtración de la llamada entre los presidentes, publicada por algunos medios que aseguraron una supuesta advertencia de enviar tropas estadounidenses para combatir a carteles mexicanos.



Trump dijo que la plática con Peña "no fue importante".



Recientemente, el secretario Kelly emitió una orden para deportar indocumentados, de todas las nacionalidades, “al territorio de los países contiguos de donde hayan llegado”.



La mayoría de estas personas cruzan la frontera norte de México. El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, dijo que el país no recibirá a estos migrantes.



Por lo pronto en la reunión con el canciller y funcionarios mexicanos, el secretario Kelly aseguró que no habrá deportaciones masivas de migrantes.



"El Departamento de Seguridad Nacional actuará conforme a derecho, respetando los derechos humanos", dijo a los medios.



"No se hará uso de la fuerza militar en los operativos de deportaciones y en la frontera".



Empero, horas antes el presidente Trump sí que habló de "una operación militar".



A pesar de esta contradicción, el canciller Videgaray mantuvo el tono conciliador en su mensaje.



"En un momento en que nuestros países y nuestros gobiernos tienen diferencias públicas y notorias, el mejor camino para resolverlas es a través del diálogo", insistió.



"Poner la otra mejilla"

Pero algunos cuestionan esta posición ante el gobierno estadounidense.



"Si uno ve los resultados por esta vía no son los más adecuados ni positivos para México", explica el analista García Soto.



"Esta política de poner la otra mejilla no le está dando buenos resultados al país y a los intereses de México".



¿Por qué entonces el gobierno mexicano no parece más firme ante las acciones de Donald Trump?



El senador Miguel Barbosa cree que es parte de una estrategia.



"Van a transitar por todos los agravios privilegiando un solo escenario: llevar a cabo la mejor negociación en materia comercial y económica", le dice a BBC Mundo.



"Van a aguantar, para ellos es transitable el tema del muro y todo lo que significa, aguantarán el tema migratorio, y no van a tomar una posición de firmeza. Prefieren cuidar la parte comercial, es el fondo".



Es una de las explicaciones.



La otra, añade, son los escándalos en que se ha visto envuelto el gobierno de Peña Nieto, como la compra de una mansión para su familia, o las denuncias de corrupción de gobernadores prófugos a quienes el presidente calificó como "parte de una nueva generación política".



"Termina el gobierno de Peña y a lo mejor él y su gabinete tengan que tocar la puerta de Estados Unidos", afirma el senador Barbosa.



"La debilidad de sus posiciones tiene que ver con eso".

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