Matías Canepa

Concejal
Verdaderos ejemplos

Maestras

Este galardón, que además otorga un premio de un millón de dólares, es entregado por la Fundación Varkey al profesor o maestro que haya hecho un aporte sobresaliente a su profesión.



Su vocación docente nació luego de que sus hijos, que vivían en una zona de conflicto, presenciaron un tiroteo en el que fue herido su padre. Esto los traumatizó, y en consecuencia afectó severamente su desempeño en la escuela.




Para ayudarlos, Hanan se involucró con el espacio de la educación y hoy, ya como docente, trabaja para acompañar y sostener a muchos niños que viven en un contexto de violencia. Diseñó, con grandes resultados, un método que utiliza actividades lúdicas entre los alumnos para alejarlos del odio, del miedo, de la falta de autoestima, entre otros sentimientos negativos.




Silvana Corso, es argentina y está nominada dentro de los cincuenta finalistas para recibir este mismo premio para el año 2017. Trabaja en una escuela secundaria pública, a la que acuden alumnos con diversas discapacidades físicas y variadas problemáticas. Su método pedagógico procura que cada uno de ellos pueda aprender y relacionarse con los demás de manera saludable, a pesar de las grandes dificultades con y en las que viven.



La parálisis cerebral severa que sufría su hija despertó en ella su vocación por la docencia; deseaba que aquella fuera una niña que pudiera conectarse con los demás y no vivir en el aislamiento. Así logró que fuera admitida en un jardín de infantes común al que asistió hasta su muerte, años después.



Hanan y Silvia no se contentaron con lo que les sucedía: las cosas podían ser de otra manera. Los alumnos podían superar la violencia en la que vivían, los chicos con dificultades físicas y de todo tipo, podían aprender y establecer buenos vínculos con los demás. Podían salir adelante.



Si bien, cada una de estas docentes se focalizó en distintas problemáticas, podemos observar algunos puntos en común en sus abordajes.



1) La educación no se limita a enseñar contenidos, sino a ayudar a sus alumnos a relacionarse positivamente con los demás, y a aprender a vivir.

Hanan lo hace fundamentalmente mediante el juego, mientras Silvia, a través de “tener mucha flexibilidad para armar recorridos escolares para cada chico”, como ella misma señala en un reportaje.



2) Enseñan a manejar y transformar las emociones y los sentimientos como la ira, el miedo, la tristeza, la frustración, para así superar las dificultades.

Buscan fortalecer los sentimientos y valores positivos que los lleven a descubrir la dignidad del otro y a sentirse dignos de ser amados.

En este sentido, Silvia pudo observar que la presencia en el aula de un compañero con discapacidad física, generaba la oportunidad de esa experiencia de amor. “Los convierte en mejores personas” dice Silvia.



3) Ponen especial atención en la formación de los docentes y en la necesidad de que tengan vocación por enseñar. Ven a los alumnos como parte de su familia; se relacionan con sus padres o familiares.



4) Creen en la creatividad y la practican. Remarcan que son pocos los recursos a los que acceden, lo que no les impidió avanzar.



5) Sus abordajes pedagógicos son integrales y multidisciplinarios. Los directivos deben estar comprometidos, y no ser meros administradores de una escuela.

Hanan expresa con mucha claridad la mirada que debe tener el maestro: “Quiero crear consciencia en los profesores para que tomen en serio su trabajo, que intenten generar confianza en sus alumnos. Para ello es necesario empezar por escucharlos antes de abrir los cuadernos. Nuestro trabajo va más allá de enseñar a leer y a escribir y esto es algo que debemos recordar a diario”.



Estas dos docentes son verdaderos modelos; grandes ejemplos para imitar.



Hanan grita a los cuatro vientos: “los maestros pueden cambiar el mundo”, y tiene razón. De hecho salvan vidas, aunque a veces ni ellos ni nosotros seamos conscientes de esto.

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