Alejandra Cebrelli

Doctora en Comunicación
Diferencias y ajenidad

Los avatares de un mundo que se cierra por decreto

En épocas de crisis suele hacerse visible la xenofobia, en particular desde los medios masivos serviles al poder de turno, como un modo de focalizar la opinión pública en la diferencia y la ajenidad y, a la vez,  distraer del gigantesco paquete de medidas regulatorias y desembozadamente ilegales o antiéticas, implementadas por el gobierno nacional y velozmente legitimadas por políticos afines, estrellas del espectáculo pero también por la gente "de a pie" en tanto se encabalga en un discurso de la inseguridad de claro cuño mediático pero que una masa de ciudadanos asume como propio. Se trata de valores y formas de entender la realidad de larga vida en la idiosincrasia de los sectores más conservadores del país que equipara pobreza, negritud, criminalidad, extranjería –más recientemente, juventud y narcotráfico. Estos funcionan como índices de lo ´ilegitimo e indeseable´, pero sobre todo, sostienen la antítesis de una distinción que ofrece la ilusión de pertenencia a los sectores más privilegiados, algo que desde los tiempos de Jauretche, viene obsesionando al ´medio pelo´ argentino. El poder vernáculo lo sabe bien: se trata del control de las utopías, algo así como te cambio la promesa de alcanzar tu sueño por la clausura de toda posibilidad, lo que en el periodismo actual se traduce como ´posverdad´.



Como la información que circula en diarios, radios, TV y redes sociales tiene la particularidad de fragmentar la realidad, forma parte de la estrategia comunicacional de Cambiemos: una semana los manteros senegaleses están en agenda; en la otra Macri firma un DNU que modifica la Ley de Migraciones vigente. Uno lo lee y parece todo bien, ¿cómo no estar de acuerdo en impedir la entrada de delincuentes al país o en expulsarlos? La mirada fragmentaria aludida, el desconocimiento de gran parte de la población de la ley vigente, el consenso sobre el discurso de la inseguridad son algunos obstáculos que impiden apreciar la gravedad de la medida: un DNU no puede modificar una ley penal que además deroga los acuerdos de libre circulación del Mercosur; el paquete incluye a cualquier inmigrante que tenga una contravención tal como vender o manifestarse en la calle lo cual favorece la xenofobia y habilita a algún político local a declarar la necesidad de que la provincia levante una pared que nos separe de Bolivia. Y uno se pregunta, parafraseando al Presidente del Senado de ese país hermano, si éste se habrá reunido con la Sra. Macri para pensar dónde van a encontrar los trabajadores para sus empresas, ambas sospechadas de explotación ilegal.



Más allá de las ironías, intentaré reconstruir, en parte, la red de políticas excluyentes y represivas que se ocultan detrás de las polémicas declaraciones de Bullrich sobre los peruanos o de las de un Olmedo que se ufana de ser el ‘Trump local’: la relación con el blindaje y la concentración mediática, los despidos masivos hechos desde el estado o desde empresas nacionales obligadas a cerrar por la apertura de importaciones y/o la caída del poder adquisitivo y/o la inflación galopante, la  persecución y criminalización de la política opositora cuyo caso icónico es la detención de Milagro Sala, los debates por la baja de edad de imputabilidad y la flexibilización laboral, el techo bajísimo para la discusión de paritarias, el fantasma del fraude electoral por el voto electrónico en manos tan inescrupulosas y la reinstalación del discurso negacionista en funcionarios de primera línea, entre una larga lista de medidas que constituyen un franco retroceso para la historia política y social argentina.



Mientras el flamante presidente de EEUU levanta paredes en la frontera mexicana y anuncia que llegó el momento de ‘la mano dura’ espantando al mundo, nuestros políticos se identifican con el magnate y/o apoyan sin ponerse colorados un poder ejecutivo que endurece leyes migratorias y propone medidas represoras, xenófobas y excluyentes. La ciudadanía consume, pasiva, las fotos del presidente y su esposa con chicos de la villa en Chapadmalal, un paréntesis en la intensa agenda vacacional de nuestro primer mandatario. Glamour, banalidad, alegría y lujos de pocos, muy pocos, marcan los consumos mediáticos. Atrás y muy lejos quedaron las políticas inclusivas, esas que nos permitieron imaginar y empezar a construir un país más abierto y solidario, aportando al sueño de un continente donde, al fin, pudiesen caber "muchos mundos". 

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