Te rompe el alma

La dramática carta de un niño acosado por sus compañeros por pintarse de princesa

El pequeño era víctima de pesadas bromas lo que hizo que comenzara a sufrir ataques de ansiedad.

La historia de Manuel, un niño de un pueblo de Cataluña, no es la única y representa lo que muchos pequeños viven en sus colegios o barrios. Los ataques constantes de compañeros o vecinos, que los hostigan solo por ser diferentes o no tener los mismos gustos.



Todo comenzó cuando tenía cuatro años y participó de un pintacaras en su colegio. Mientras sus compañeros pedían ser maquillados como su superhéroe favorito, de calavera o un animal feroz, él pidió que lo pintaran de princesa. Desde ese momento se convirtió en el blanco de las burlas de sus compañeros, contó Natalia, la mamá de Manuel a Verne, que cambió sus nombres para proteger al niño.



El niño, que ahora tiene ocho años, lleva la mitad de su vida sufriendo el acoso por parte de los chicos de la escuela. Lo han llamado desde el equivalente femenino de su nombre a “maricón”, incluso durante el curso pasado pintaron cosas sobre él en el colegio y en el auto de la madre.



“Entonces comenzaron los ataques de ansiedad. Un día, incluso pintaron en el polvo de mi coche la palabra maricón”, dice la madre, que elevó su queja a la dirección. “No sirvió de nada. Finalmente, mi marido y yo tomamos la decisión de cambiarle de colegio”, explica.



El problema es que el niño volvió a encontrarse con sus acosadores durante el verano, en un campamento urbano donde suelen participar los estudiantes de la ciudad. En ese lugar volvió a sufrir agresiones, pero esta vez los monitores se dieron cuenta y le propusieron Manuel escribir una carta dirigida a quienes lo molestan. Esta es la carta original, escrita en catalán por el niño.



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Esta es la traducción de la carta:



Hola

Les voy a explicar lo que me molesta y me enfada. Que se burlen, que digan cosas feas, que usen palabras bonitas como insulto, que escriban cosas feas de mí y sobre todo que se rían de mí.

Todas estas cosas me hacen sentir mal, triste, enfadado y solo.

Siento que no tengo amigos, ni amigas y no me gusta.

Querría ser amigo de ustedes y que me traten bien. Me ayudaría a sentirme mejor.



“Lo hizo en casa, él solo. Después, la leyó ante sus compañeros, entre los que se encontraban los agresores. Fue una gran ayuda. Para él, expresarse así fue toda una liberación, además, en el nuevo colegio lo tratan genial. Nadie se mete con él. Ya no sufre ataques de ansiedad”, cuenta la madre.

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