Andrés Suriani

Concejal
Sobre Fidel Castro

Los jóvenes idealistas, listos para derrocar

“Los jóvenes idealistas"; entrenados por Castro para derribar el gobierno constitucional de Perón.

 Lejos de ser un anecdotario presuntuoso sobre los momentos compartidos con el retirado dictador, muestra las facetas que, al menos los argentinos, vivimos como pueblo y Nación en carne propia por nuestra proximidad y lejanía a la vez con esa ideología que pretendió imponer su visión a través de las armas.



Fidel Castro, así como encandiló a muchos con su romántica prédica anti imperialista y fingidamente justiciera, también supo poner de rodillas ante el imperialismo soviético a todo el pueblo cubano. Con respecto a nosotros, los argentinos, no debemos olvidar que Castro fue el padrino de una de las épocas más violentas de nuestra historia reciente, ya que entrenó y financió a la guerrilla marxista que enfrentó con saña a la Presidencia Constitucional del Gral. Perón. Quien había sido elegido por el 62,5 % de los votos.



Tampoco podemos olvidar que a pesar de la nobleza argentina justamente del gobierno justicialista del 73 por el que se proveyó a la isla de material de transporte y muchos otros bienes imprescindibles ( al año 1975 la deuda de Cuba con nuestra República ascendía a los U$S 1.000 millones. Hagan la cuenta y actualicen el monto....), la Cuba de Fidel y de Raúl Castro jamás realizó pago alguno a la Argentina por esos conceptos.



Muy por el contrario, fue centro de reclutamiento y entrenamiento de terroristas argentinos que luego volverían a Argentina para desafiar a sangre y fuego al mismo Gral.Perón que tanto había ayudado materialmente a la isla. No sólo adiestraron a esos jóvenes guerrilleros sino que también pusieron a disposición a sus entidades bancarias como santuario seguro para que los inocentes idealistas pusieran en jaque a nuestra Nación, depositando y resguardando desinteresadamente sus recaudaciones, producto de los múltiples secuestros extorsivos, muchos seguidos de asesinatos, que realizaban a funcionarios públicos, empresarios, sindicalistas, dirigentes políticos, militares o simples ciudadanos en Argentina.



Por esos motivos, lo que jamás aceptan los seguidores de Castro, es que fueron ellos, es decir la guerrilla subversiva que respondía a los mandatos cubano- soviéticos, la cómplice e impulsora estratégica de los militares para forzar el Golpe de Estado de 1976, confrontación que hundió a nuestra sociedad en mayor violencia, caos, inobservancia de la ley, trayendo la peor de las dictaduras que atravesó nuestro país y entre otros males, la llegada de la entrega de los manejos de nuestra Nación a la "Patria financiera" que fundara Martínez de Hoz. Así, se puede decir con seguridad que el juego de pinzas para destruir la Patria vino por izquierda y derecha, su fin era destruir las chimeneas creadas por Perón. Algo más, para los "jóvenes idealistas" que mataban y asesinaban en nombre de la revolución socialista, la Argentina de entonces tenía entre un 6 y un 8 % de pobreza.



En esta línea vale recordar aquella reveladora negociación que tuvo lugar en el año 1977, Cuba pidió al gobierno de facto de la Argentina, presidido por Jorge Rafael Videla, apoyo en la ONU para poder ingresar al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La dictadura militar autorizó la operación y solicitó en contrapartida el voto de La Habana para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social de la ONU. De este modo, el castrismo no sólo calló ante los crímenes del gobierno que presidía el general Videla, sino que le aportó respaldo diplomático en los foros internacionales, lo que evitó que la Argentina fuese condenada por la violación masiva de los derechos humanos.



Un párrafo aparte para la explícita solidaridad en gestos y palabras durante la Guerra de las Malvinas en 1982, que se agradecen pero lejos están de compensar el daño en vidas y pérdidas materiales que Argentina padeció a consecuencia de la deliberada política cubana de exportar la Revolución.



Tal vez, para muchos, aún mediando la falta de libertades políticas, civiles y religiosas desde hace muchas décadas en la isla, aún mediando su plena y total sujeción al imperio comunista soviético, aún con sus cárceles pobladas con presos políticos también, el Régimen castrista sea considerado un régimen "bueno y justiciero".



A ver si los chicos progre, abren los ojos ¡!!Fidel Castro, responsable de muerte y destrucción en nuestra Patria, que padeció la infiltración armada foránea, se fue de esta tierra sin pagar la deuda con la Nación Argentina que en sus momentos más difíciles no dudó en acudir a su auxilio. Que Dios Nuestro Señor lo reciba y lo juzgue, ya que se fue sin pedir perdón ni responder por sus crímenes, casi todos delitos de lesa humanidad.



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