Vamo' a calmarno' con el chamuyo

A tener cuidado: ¿sabías que la mentira es peligrosamente adictiva?

Como dice el dicho, una mentira lleva a la otra...

Un grupo de científicos británicos de la University College of London reveló que, según sus estudios, el cerebro se adapta a la acción persistente de la mentira luego de que la amígdala empieza a perder sensibilidad, recoge Todo Noticias.



Para esto se utilizó un resonador magnético por imágenes con el cual se corroboró que el cerebro dispara un mecanismo biológico para soportar la denominada "pendiente resbaladiza". Según esto, "lo que comienza con pequeñas mentiras puede escalar en transgresiones más grandes".



Como cuenta TN, los investigadores convocaron a 80 adultos para participar del experimento, que implicaba contar las monedas del interior de un gran frasco y trasladar el dato de la cifra a otro participante. El primer tipo de sujeto fue incentivado progresivamente con beneficios e incentivos para mentir. 



Luego de varios intercambios de información, el equipo de científicos encontró que la falta de honradez aumentó en 60 presentaciones del frasco. "Las mentiras aumentaron cuando el participante comenzaba a beneficiarse más, lo que sugiere que el interés propio era necesario para que le mentira se intensificara", señala el estudio. 

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