Por fin una buena

La noticia que todos los que sufren con los granos querían escuchar

Luego de leer esta nota, verás que quizás no haya tanto que envidiar a los cutis perfecto.

Muchas personas se han visto lidiando con los problemas de tener espinillas en el rostro y en otras partes del cuerpo, los que seguramente han soñado con tener una piel tersa y libre de esos granitos tan feos. Pero no todo es tan negativo para los afectados.



Según un estudio científico del  King's College de Londres y de la Escuela de Medicina de Nueva Jersey,  las células cutáneas afectadas por el acné tienen una estructura que las hace más fuertes a la hora de combatir los efectos del envejecimiento.



Así lo comprobó un grupo científicos de estas instituciones universitarias, que realizó el estudio con 1.205 mujeres gemelas que se ofrecieron como voluntarias.



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Investigación que llevaron a cabo para poner a prueba lo que por mucho tiempo sugirieron los dermatólogos: que algunas personas que sufrieron acné, retrasaron el proceso de envejecimiento de la piel, en comparación a los que nunca padecieron esta enfermedad.



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Desde la dermatología, se sabía que las pieles grasosas, además de ser propensas al acné,  también se retrasaban en envejecer.  Pero esta investigación científica fue más allá y descubrió nuevos aspectos de este fenómeno en las personas con granos, como indicó la doctora Simone Ribero, quien lideró el estudio.



Para conocer la relación que existe entre el acné y el envejecimiento de la piel, Ribero y su equipo identificaron a mujeres que tuvieron acné en algún momento de sus vidas.



En el grupo de pacientes observadas, un 25% había sufrido el trastorno.



El paso siguiente en la investigación fue comparar la longitud de sus telómeros, extraídos de sus glóbulos blancos, con la longitud de los telómeros de mujeres que nunca presentaron brotes de acné.



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Los telómeros son los extremos de los brazos de los cromosomas y una de sus funciones es protegerlos del deterioro.



A medida que pasa el tiempo, las células envejecen y los telómeros se van descomponiendo gradualmente, lo que lleva a la muerte celular, una parte normal del crecimiento y del paso de los años.



Y cuando las células mueren, las arrugas comienzan a aparecer, según expresó  Helen Blau, profesora de microbiología e inmunología en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.



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Ya al tener las pruebas tomadas de las mujeres estudiadas, ordenadas por peso, edad y altura, los científicos compararon la longitud de los telómeros entre las mujeres que habían padecido acné y las que nunca lo habían presentado.



Las voluntarias que habían padecido el trastorno, en promedio, presentaban telómeros más largos que las otras mujeres.



Además de las muestras de los glóbulos blancos, los investigadores también realizaron biopsias cutáneas. Con esas muestras, encontraron un grupo de genes asociados a la muerte celular, que estaba menos activo en las pieles más grasas.



En cuanto a las mujeres estudiadas en el marco de esta investigación científica, la dermátologa Veronique Bataille, miembro de Asociación Médica de Inglaterra, explica que es común que en estudios genéticos se busque información de gemelos idénticos.



Esto, con el fin de identificar con mayor facilidad, los factores qué están relacionados con el entorno y qué factores están ligados con el perfil genético de la persona.



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"Hay una razón genética en la base de esta asociación. Hemos encontrado que hay un gen que juega un rol importante en el control de la muerte de las células", dice la investigadora Simone Ribero.



La doctora Veronique Bataille resalta que "tener telómeros más largos es sólo uno de los factores vinculados a la protección contra el envejecimiento prematuro de la piel entre las personas que han tenido acné".



Según esta especialista, tener telómeros más largos también puede ayudarnos a tener huesos más fuertes.



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"Es un alivio saber que existe algún aspecto positivo de tener que lidiar con el acné", dice.



Bataille valora esta investigación realizada,  que de continuar el estudio sobre el proceso genético de este trastorno a la piel, puede ayudar a desarrollar nuevas medicinas e incluso productos antienvejecimiento.



Pese a que estudio sólo fue realizado a mujeres, los investigadores señalan que las conclusiones que arrojó también puede ser aplicadas en los hombres, aunque advierten que faltan más investigaciones.

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