Jugada estratégica

Con un "bono fantasma" para la CGT, Macri intenta congelar el paro general

El Gobierno le presentará este miércoles una oferta a la central. Habría un bono para estatales y jubilados, y una "invitación" a los privados a seguir los mismos pasos. La discusión del monto es clave. Los gremios quieren un compromiso por escrito pero las empresas lo rechazan.

El Gobierno tiene un as bajo la manga con el que aspira a frenar el paro de la CGT. La carta será puesta sobre la mesa este miércoles en la segunda reunión con los titulares de la central, luego de una semana de fuertes cruces y amenazas crecientes de paro.



La propuesta oficial consistiría en un bono de entre 500 y 1.000 pesos otorgado por el Estado a sus empleados de salarios más bajos y a jubilados que cobran la mínima.



 

Al sector privado, en tanto, se le hará la "invitación" a seguir el ejemplo dado por la administración pública.



La idea terminó de definirse el martes por la tarde en una reunión de gabinete en la Rosada, encabezada por Mauricio Macri, a la que se sumó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tras ser convocado de urgencia por el Presidente cuando participaba de una charla de la consultora Adecco.



Durante el encuentro a puertas cerradas, los funcionarios analizaron también una suba del límite para la exención de Ganancias que, según trascendió en los últimos días, tendría un tope salarial de entre 40.000 y 45.000 pesos brutos.



Por medio de un acta firmada, el Ejecutivo se había comprometido el 29 de septiembre pasado a analizar tres pedidos



-Un bono para jubilados beneficiarios de planes

-Un alivio en Ganancias 

-Un plus salarial para los trabajadores privados



Cumplidos los 10 días de plazo, la gran incógnita es si la oferta oficial alcanzará para apaciguar los ánimos en la CGT. Pablo Moyano, el secretario adjunto de Camioneros y secretario gremial de la Central, dio algunos indicios al rechazar cualquier planteo que hiciera las veces de ´bono fantasma´.



"Si la CGT acepta un bonito o maquillaje, no tiene sentido seguir en este espacio", disparó el líder sindical.



Por lo pronto, la cifra prevista por el Gobierno es bastante menor a lo que pedían los gremialistas quienes, hasta hace poco, pretendían un bono universal de entre $2.000 y $5.000 para compensar la pérdida de poder adquisitivo.



En cuanto a la implementación del bono en el sector privado, en la central descartan un aumento salarial por decreto, como se especuló.



No obstante, esperan al menos que las autoridades convoquen a los empresarios a quemanifiesten por escrito su voluntad de dar una compensación, en lugar de un llamado de solidaridad.



"O convencen a los empresarios o dan el bono por decreto. ¿Acaso no los sentaron en febrero para firmar un compromiso de que no iban a despedir? Que los sienten de nuevo y se comprometan a darnos $3.000", señaló a iProfesional un dirigente de CGT, cercano a Moyano.



Las especulaciones en torno a un plus por decreto encendieron las alarmas entre los industriales que, luego de rechazar esa alternativa, directamente se pronunciaron en contrade discutir suma fija para los trabajadores del sector privado.



"Un bono no lo vemos viable", dijo el directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja.



El último en dar una suba por decreto fue el ex presidente Néstor Kirchner quien, en diciembre de 2003, dispuso elevar el salario mínimo a $350, incorporar otros $50 no remunerativos a los sueldos del sector privado y otorgar una nueva prórroga de la doble indemnización por despidos injustificados por tres meses. 



Desechada la vía del DNU, la fórmula elaborada por el macrismo corre el riesgo de generarel efecto contrario al buscado.



El jefe de la UTA y secretario de Vivienda y Turismo de la CGT, Roberto Fernández, advirtió que"ya es un poquito tarde" para frenar un eventual paro. Y afirmó que una oferta insufciente sólo sería un "parche" ante la "situación grave" por la "falta de trabajo".



En tanto, el jefe del sindicato de Peajes y secretario de Cultura de la CGT, Facundo Moyano, sostuvo que al Gobierno sólo le "quedaría la alternativa" de promover un bono de fin de año para los trabajadores estatales y del sector privado, si es que pretende evitar una huelga.



La decisión del sindicalismo de no poner una cifra en su reclamo y lanzar un paro sin fecha le dio al oficialismo una mayor margen para poder negociar. La cuestión es si la carta que juegue el Ejecutivo será la requerida para evitar la medida de fuerza.



Presiones múltiples. El Gobierno enfrenta presiones múltiples. Por un lado, el ala dura de la central obrera integrada por los gremios del transporte amenaza con ir al paro. Pero también se topa con los reclamos de empresarios y gobernadores, que se oponen a dar cualquier tipo d concesión



La semana pasada, los mandatarios de varias provincias notificaron que no están en condiciones de pagar una compensación en la administración pública y tampoco están de acuerdo con perder recursos en Ganancias. La CGT, de hecho, pide también una reforma integral del impuesto.



En el caso del sector privado, los referentes ratificaron el rechazo tanto a un bono como a lareapertura de paritarias, que reclaman bancarios, docentes y estatales de ATE. El temor es que si el Gobierno los compromete a dar una compensación, como pide la CGT, eso reabra la discusión salarial.



"Si lanzan un aval o garantía de que se negocie un bono, cada sindicato con cada cámara van a conseguir la reapertura de las paritarias", explicó a iProfesional el experto laboralista Julián de Diego.



En su opinión, "hay más probabilidades de que crezca la tensión, porque la CGT no se conformará con eso y el ala combativa puede parar el país". Así se refirió a la Confederación de Trabajadores del Transporte, que integran Roberto Fernández (UTA), Omar Maturano (La Fraternidad), Pablo Moyano (Camioneros) y los sindicatos aeroanaúticos AAA y APLA.



Por ello, en el sector empresario creen que el oficialismo, al elevar la expectativa gremial, quedó atrapado en su propia trampa.



"Hicieron una propuesta sin pensarla", señaló De Diego.



En tanto, la cúpula sindical también se ve en apuros. Por una parte, las dos CTA intensificaron sus quejas ante los gestos del triunvirato encabezado por Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid en favor de posponer indefinidamente el paro.



Asimismo, en el seno de la CGT también surgieron diferencias. No solo Pablo Moyano amenazó con abandonar la recién reunificada central, sino que el propio Triaca brindó un informe a Macri acerca de las "divisiones" sindicales y se mostró confiado en alcanzar un acuerdo.



Según fuentes oficiales, el funcionario habría apuntado a que como en la central obrera "no hay un liderazgo concreto" podría "resultarles difícil" a los jefes sindicales "convocar a un paro".



En la misma línea, Facundo Moyano, también diputado nacional del massismo, reconoció que en la entidad sindical hay "diferentes posturas y tensiones naturales" sobre la decisión de avanzar con una huelga, frente a la resistencia de algunos integrantes del Gobierno de impulsar un plus.



"Quedaría la alternativa de un bono, hay que ver cuál es el monto", respondió Moyano, consultado respecto de qué medida del Gobierno puede evitar que el triunvirato de la central obrera convoque a una medida de fuerza.



La otra discusión en los pasillos de Azopardo es el carácter que tendría el bono. Es que hay actividades que por costumbre o convenio ya lo tienen incorporado y temen que los empresarios lo absorban a través de beneficios preexistentes.



Por ello, entre los "gordos" piden que se acuerde por escrito que se otorga en forma independiente de otras sumas.



Por caso, los empleados de comercio por estas horas negocian el segundo tramo de su paritaria, que implicaría una suba del 17% más dos sumas fijas, tras haber cerrado un 20% ydos refuerzos por única vez en el primer semestre.



"Los convenios no se mueven desde marzo o abril. Si no me abrís la paritaria, dame una suma fija al menos", concluyeron desde el gremio mercantil.

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