Lo que viene

Con el respaldo de las provincias, el Gobierno recibe a la CGT para desactivar el paro general

Serán dos reuniones, una a la mañana y otra a la noche, en las que Prat Gay y Frigerio intentarán llegar a un acuerdo con la cúpula sindical. Evalúan un alivio en el medio aguinaldo en Ganancias y el aval para negociar un bono de fin de año

El Gobierno recibirá este jueves a la CGT para desactivar el paro general sin fecha anunciado por la central obrera. Serán dos encuentros que pondrán a prueba la cintura política del oficialismo, en medio de los reclamos de reapertura de paritarias y cambios en el Impuesto a las Ganancias.



Las dos instancias de negociación son toda una señal de la preocupación que despertó en el oficialismo la posibilidad de una medida de fuerza contundente. Por ello, el sindicalismo espera alguna respuesta a sus reclamos, que incluyen un bono de fin de año y un alivio en Ganancias.



El triunvirato que conduce la CGT integrado por Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer se reunirá con los ministros de Trabajo Jorge Triaca, de Hacienda Alfonso Prat Gay, de la producción Francisco Cabrera y de Seguridad Rogelio Frigerio.



La primera audiencia será a las 9.30 en la sede de la cartera laboral ubicada en la Avenida Leandro N.Alem 650 de esta capital, de la que participará el anfitrión Triaca, que estará acompañado por su par de Hacienda Prat Gay y de Producción Cabrera.



Mientras que a las 20.30 está prevista otra reunión "informal" de los sindicalistas con Frigerio, en la sede de la Federación de la Sanidad. La delegación sindical estará integrada además por el estatal Andrés Rodríguez, Roberto Fernández Omar Maturano, Armando Cavalieri y Jorge Sola.



Los funcionarios intentarán acercar las dos agendas: la del sindicalismo y la del Ejecutivo, centrada en la reforma de las ART y un "acuerdo productivo", que busca discutir productividad y costos laborales. Así lo dio a entender el Presidente en la previa a la cita con la dirigencia gremial.



"Hay un compromiso del gobierno desde el primer día de restablecer el diálogo. Ahora esperamos que se canalice en una mesa que apunte a una estrategia de desarrollo. Hay conversaciones y hay una propuesta de un modelo productivo", dijo Mauricio Macri.



Las amenazas de la CGT se intensificaron en los últimos días a raíz del malestar creciente entre los gremios afectados por los despidos, la pérdida de poder adquisitivo y el impacto del Impuesto a las Ganancias.



Por caso, los bancos volverán a verse afectados este jueves por el cese de tareas que dispuso el gremio de la actividad desde el miércoles. En tanto, docentes y estatales encolumnados en las dos CTA realizaron también una protesta ayer para presionar por un paro general y pedir la reapertura de paritarias.



Aunque Macri evitó pronunciarse el miércoles sobre ese reclamo, se mostró optimista frente al panorama social, al que en las últimas horas se sumó el dato de un 32,2% de pobres en el segundo semestre del año, según el INDEC.



"Siempre evaluamos las mejores medidas para tomar para seguir cerca a los que más lo necesitan. Estoy convencido que es el camino que nos va a llevar a más progreso", respondió el mandatario, sin más precisiones.



En tanto, el vocero de prensa de la UTA Mario Caligari, dijo que "las expectativas son grandes, las necesidades son muchas y esperamos que el gobierno de respuesta positiva al reclamo de los trabajadores".



Miniconcesiones. Ante las amenazas de paro, el Gobierno movió piezas para aislar políticamente a la CGT. A pocas horas de la reunión con la cúpula sindical, Prat Gay y Frigerio lograron el miércoles el respaldo de las provincias a su proyecto de ley de cambio "gradual" de las escalas de Ganancias.



En una reunión con representantes de los gobernadores, los funcionarios los convencieron de la necesidad de retoques al tributo que genera temor entre los mandatarios provinciales, debido a que es uno de los que más aporta al reparto federal de la coparticipación.



Según trascendió, las provincias acordaron ceder ingresos correspondientes al gravamen en hasta unos $27 mil millones, una cifra inferior al costo fiscal que implican los proyectos para modificar Ganancias impulsados por Elisa Carrio, Migel Pichetto y Sergio Massa.



Para convencerlos, desde la Rosada prometen compensar a los gobernaodres con el IVA, que aumentaría por encima de la inflación y que también es clave para engrosar los fondos distribuidos a las provincias.



La jugada del oficialismo es clave en el esquema de negociaciones con la CGT. Con el visto bueno del peronismo provincial, el macrismo se blinda así de las críticas que surgieron desde la central obrera, al rechazar el proyecto de Prat Gay, que fija una suba inicial del 15% en el piso de Ganancias a partir del 2017.



La puja entre la Rosada y los gremios involucró a la Iglesia y hasta el massismo, que el martesse pronunciaron a favor de "agotar todas las instancias de diálogo". En realidad se trata del espíritu que predomina al interior de Azopardo.



El problema es que la cúpula sindical necesita lograr una señal oficial que permita descomprimir el clima de malestar, sin necesidad de "irse a las manos". De lo contrario, se vería en la incómoda situación de pedirle "paciencia" a sus afiliados.



La salida entonces no pasará por una reforma integral inmediata de Ganancias. El Ejecutivo apuesta a calmar a la central con concesiones de menor impacto, pero que le permitan al sindicalismo mostrarle resultados a sus bases.



Entre esas opciones, podrían aparecer un alivio al medio aguinaldo en Ganancias y el aval para negociar bonos o adicionales de fin de año. Todo a cambio de que los sindicatos desistan de concretar la huelga anunciada.



Cristina Kirchner había apelado a medidas de tono similar para desactivar los paros de Hugo Moyano. Pero con tal de evitar un paro el oficialismo está dispuesto a repetir algunas recetas. Después de todo implican un costo menor que rever ahora Ganancias o reabrir paritarias.

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