Terrible

Una maestra jujeña reveló las pesadillas que se vivieron en la Fiesta de los Estudiantes

En una carta, una docente jujeña mostró las supuestas mentiras de Marcelo Ponce y el Ente Autárquico Permanente.

En las redes sociales se viralizó una fuerte crìtica de una docente jujeña a las autoridades del Ente Autárquico Permanente durante la Fiesta Nacional de los Estudiantes. La misma, describe un sin fin de falencias en la organización y la actitud polémica frente a los problemas del presidente del Ente, Marcelo Ponce. Mirá la carta:




"Llevo 23 años como profesora asesora, es decir, profesora carrocera. He compartido las sensaciones, las alegrías, las frustraciones y los momentos inolvidables de cada promoción a la que he acompañado. En estos 23 años de desfiles de carrozas, he tenido miles de experiencias en el parque cerrado, con cambios en la estructura de la FNE, cambios organizativos y de estatutos. Y siempre pude y pudimos sortear los obstáculos, conteniendo a mis alumnos, hablando y participando en el ENTE, debatiendo ideas y aceptando las decisiones que se tomaban. Por eso escribo esta carta, porque quiero expresar la profunda desilusión e impotencia que sentí desde el día que tuvimos que llevar nuestra carroza a la Ciudad Cultural.



Cuando el actual gobernador anunció el cambio de lugar para la realización de los desfiles, sentí que era una buena idea, que allí podíamos estar mejor, que era un gran lugar para que nuestros alumnos luzcan sus carrozas y para que la gente de Jujuy pudiera apreciarlas como se merecen. Esperé sin éxito que del ENTE nos llamaran para conocer el lugar, para saber si había algo que resolver o solucionar, antes de llegado el día de inicio de la Fiesta.



El presidente del ENTE en cada reunión nos decía que estaba todo listo, que ya estaban construyendo hasta las paredes de los canchones, que le pidiéramos a "Diosito” que no lloviera para que se pudieran realizar los desfiles, que íbamos a tener todas las comodidades, y una cantidad de cosas que nosotros NO PEDIMOS.



Como dije antes, la frustración llegó el mismísimo día en el que debíamos ingresar a la Ciudad Cultural. Cuando llegamos no había nadie para recibirnos, no sabíamos a qué estructura (canchón) ir, no podíamos subir la carroza al canchón porque había un cordón cuneta y no se les había ocurrido hacer una rampa, improvisamos lo más que pudimos; no teníamos luz en el canchón y una zanja nos amenazaba desde atrás de la estructura, poniendo en riesgo la integridad física de los chicos y chicas; tampoco contábamos con baños adecuados habitando un páramo de tierra que con viento norte "tiñeron” los colores de las carrozas de marrón.



Nadie nos dijo que ésas eran las condiciones, muy por el contrario, insisto, nos prometieron el oro y el moro y no nos dieron la oportunidad de decidir dónde guardar nuestras carrozas, de manera tal de nosotros, por nuestros propios medios, resolver los problemas que pudiéramos tener.



Desde ese primer día todo fue un gran despropósito. El titular del ENTE con permanentes destrato no sólo para con los alumnos sino también para con los profesores. Los integrantes (adultos) del ENTE haciendo uso de una supuesta autoridad aparecían con mensajes amenazantes de parte del gobernador, cuestión que hasta hoy me pregunto si eran verdad o no. La fatídica noche del domingo del primer desfile, que por impericia y desconocimiento llevó a que las carrozas en su tránsito por parque cerrado se entorpecieran el paso y no pudieran escapar de la lluvia torrencial que se produjo.



La incapacidad para resolver una situación que veníamos advirtiendo vinculada al plástico que pusieron sobre los techos, plástico que no resistió ni una llovizna. La llegada de plásticos para tapar las carrozas que llegó un día después de la lluvia, cuando todos sabíamos que el pronóstico indicaba precipitaciones para el día domingo. Ví chicos tapar su carroza con sus abrigos, desesperados por cuidar sus carrozas.



En reuniones previas al desfile, Marcelo Ponce dijo que los predios serían vigilados por seguridad privada. Los primeros días no había seguridad de ningún tipo. Hubo seguridad por insistencia de los docentes y rectores (después de ocurrir sucesos de inseguridad )



Ví al presidente del ENTE escapar escoltado por la policía para no dar la cara frente a los cientos de carroceros que le pedían explicaciones a tanta impericia. Ví alumnos llorando, profesores exhaustos, carroceros frustrados e indignados.



Ví al gobernador intentar calmar los ánimos, pero también ví que "alguien” del ENTE nos pedían que destapemos las carrozas que habíamos cubierto porque el viento norte nos arruinaba el papel y las flores.



Ví al presidente del ENTE atender el teléfono e irse de una reunión mientras un alumno o un docente le hablaba, noté el llanto de una alumna de un colegio que no era el mío en una reunión donde funcionarios del Estado decían que nos habían dado plásticos pero que los habíamos usado mal. Insisto después de 23 años no creo que alguien nos pueda explicar cómo usar un plástico para "cuidar” nuestras carrozas.



También ví el destrato permanente de las autoridades del ENTE para con los carroceros/as y los docentes. La falta de calidad humana para escuchar las sugerencias, la soberbia de creer que sólo uno tiene la verdad y que el "cambio” sólo lo podían llevar adelante los designados para cambiar.



En fin, ví lo que todos vimos y padecimos, pero lo que más me duele hoy es que cada desfile, que debió ser una fiesta, fue una experiencia traumática para cada chico, cada alumno nuestro que llegó a esta Fiesta con las expectativas que sólo un adolescente puede expresar para mostrar y lucirse en el carrozódromo. Muchos lloraron, otros callaron, otros intentaron pasarla lo mejor que pudieron. Pero sin duda alguna, en muchos momentos, todos la pasamos mal.



Después de todo lo vivido, estoy convencida que esta Fiesta terminó con el brillo que culminó porque nuestros alumnos les enseñaron a las autoridades valores primarios como la solidaridad, el respeto, el esfuerzo y la valentía para salir adelante en situaciones adversas, amor a su colegio y al prójimo. Valores que alentamos desde las aulas, pero que sin temor a equivocarme, no fueron los que manifestaron los directivos del ENTE hacia nuestros chicos.



También estoy convencida que todo terminó con un buen cierre porque fueron los docentes los que se pusieron al lado de sus alumnos, porque la gente los acompañó masivamente, como haciéndoles sentir a los carroceros ese apoyo que tanto necesitaban desde el aplauso cerrado y cálido, que hacen emocionar a los obreros del arte de carrocear.



Espero, es mi deseo más profundo, que todo esto no se repita nunca más, y hago llegar mis disculpas a los carroceros y carroceras de la promoción 2016, comprometiéndome a trabajar y poner mi granito de arena para que las próximas promociones tengan la fiesta que se merecen".


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