Barbie Vélez hizo una confesión escalofriante sobre Fede Bal

Bárbara Vélez (22) confirmó días atrás su regreso al Bailando. Lo que podría considerarse un dato puramente televisivo, en el caso de ella es mucho más. Porque se bajó del ciclo de Marcelo Tinelli –¿o la bajaron?– en marzo, justo antes del debut, cuando se peleó de manera escandalosa con quien era su novio, Federico Bal. Y a partir de allí corrió mucha agua bajo el puente. O muchas lágrimas, se podría decir. Hizo de todo para volver, y la mayoría de las veces sus intentos le salieron mal. El último ejemplo, entró a La peluquería de don Mateo y el ciclo fue levantado del aire. Pero todo quedó atrás, ya fue. Bárbara ya está lista para subirse al ring de la tevé argenta, o sea, al estudio de ShowMatch. Allí se enfrentará al micrófono del pícaro Marcelo, a los dardos del jurado compuesto por Moria, Polino y compañía, y –claro– a la presencia fantasmagórica del menor de los Bal.

Según informó Paparazzi, Barbie empezó terapia con una nueva psicóloga. Se bajó de Twitter. Se refugió en su familia. Puso su cabeza en las clases de teatro y en el gimnasio. En los tiempos libres, se decidió a buscar su primer departamento para irse a vivir sola. Y un día se sintió lo suficientemente fuerte como para volver a dar la cara.

“Me guardé y me curé. Hubiera sido desgastante contestar cada ataque”, declaró en una entrevista reveladora para la revista Gente, en la que agrega: “Me costó mucho salir a la calle. Me daba vergüenza. Fue lo peor que me pasó en la vida. Con 22 años, aprendí más que muchas mujeres de 50. Ahora sé estar sola”. A una semana de comenzar el Bailando y con el conflicto entre Barbie y Fede en su punto más álgido, una orden de restricción perimetral abrió una duda respecto de la convocatoria del Bailando: ¿quién se quedaría en el ciclo de Tinellli?

La producción de Marcelo no tomó partido, y la que decidió bajarse fue Barbie. Se dijo que había quedado mal la relación con Ideas del Sur, pero el equipo que lideran los ya famosos Chato Prada y Fede Hope sólo estaba esperando la oportunidad para que la hija de Naza pudiera volver a escena.

El tiempo cura las heridas… y el rating. Llamados constantes y una buena dosis de timing lograron este regreso del que hablarán todos. “Hoy (Federico) no me mueve ni un pelo. Si me lo cruzo no lo saludo. Me hizo mucho mal, no quiero ni acercarme a él. Le tuve mucho miedo, incluso de que me matara”, dice Bárbara.