La procesión va por dentro
Estamos viviendo la conmemoración de los patronos de salta: el señor y la Virgen del Milagro. El fenómeno tiene tres dimensiones marcadas desde un punto de vista sociológico: la religiosa, la social y la económica.
En la religiosa, se pone en juego el uso del espacio público de la religión católica por sobre el resto de otras (minorías) religiosas. Es decir en la provincia, ¿los festejos de otros ritos religiosos son tan públicos como los del señor y la virgen del milagro?
A su vez, si lo miramos desde una perspectiva microsociológica, las personas que convoca el fenómeno (entre 500.000 y 800.000 mil) viven un momento de fe intensa, en donde se construyen y se transforman sus trayectorias como creyentes (o convertidos) desplegando por toda la provincia un peregrinar que Hervieu-Léger llamó la “religión en movimiento”. Las personas se ponen en vía de, construyendo sus creencias desde la singularidad, maleabilidad y fluidez de sus propias trayectorias personales.
En términos sociales hay una movilización masiva de personas desde distintos puntos del globo (primando el peregrino salteño) que traen posibilidades infinitas de sociabilidades. Empleando los términos de tipo ideal construido por Webber, se puede pensar el fenómeno como una proyección colectiva de tipo ideal, concatenada con acciones reales sobre la dimensión de lo humanamente realizable.
Esto Incluye a su vez un movimiento económico, en donde hay un consumo cuyos pilares son lo tradicional y lo turístico. Teniendo en cuenta que la economía provincial representa el 3.5% del PBI Nacional, se podría pensar como una forma económica que tiene cierto peso en algunos sectores de nuestra sociedad.
Son días de respeto, encuentro, agradecimiento o promesa en donde todo puede suceder. Algunos hacen la procesión en la plaza 9 de julio, para otros, la procesión va por dentro.
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