Marcha multitudinaria

Miles de venezolanos pidieron el referendo para sacar a Maduro del gobierno

La fila para comprar pan a primera hora de la mañana en Caracas este jueves era más corta de lo habitual. Vestidas de blanco, muchas personas pasaban de largo. Su meta era otra: cualquiera de los puntos establecidos por la oposición para marchar contra el gobierno de Venezuela.


Miles de partidarios de la oposición salieron a las calles de la capital de Venezuela para participar la llamada "Toma de Caracas", protesta con la que buscan presionar a las autoridades electorales para la realización en 2016 del referendo revocatorio contra el presidente de la República, Nicolás Maduro.



"Va a caer, va a caer. Este gobierno va a caer", gritaba una decena de adolescentes que portaban una bandera gigante de Venezuela y corría por la calle gritando contra las fuerzas del orden que cortaban accesos.



Era la parte final de una jornada de protestas mayoritariamente pacíficas y alegres. En la plaza de Altamira, una de las más emblemáticas de la capital, gente de diversa edad cantó, gritó, pasó calor y hasta se mojó por la lluvia.



Caracas

"Estoy aquí porque quiero que con esta demostración el gobierno entienda que lo único que queremos es el revocatorio, que está contemplado en la Constitución y es un derecho consagrado", dijo Arminda Farías, una de las manifestantes, a la BBC.



"Queremos paz, queremos tener no la Venezuela de antes sino una mejor, un mejor futuro para mis hijas y mis nietos. Yo sé que el gobierno no nos va a escuchar, pero este es mi granito de arena y el de todos los que estamos aquí", agregó con cierta resignación, común en otros manifestantes.



La multitudinaria marcha se produjo en un ambiente tranquilo aunque sí hubo algún foco en que la protesta se tornó violenta y se registraron enfrentamientos con la policía.



Según la ONG Foro Penal Venezolano, hubo 40 detenidos en Caracas y una decena más en otras partes del país.



Aunque la protesta fue marcadamente pacífica, hubo algún foco de enfrentamiento entre manifestantes y policía.

La Guardia Nacional trató de dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos.

En Caracas no había autos y la mayor parte de comercios estaba cerrada. Parecía un día festivo.



Mientras la oposición tomaba varias arterias de la ciudad, como suele hacer cada vez que la oposición convoca protestas, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela organizó una manifestación en defensa del gobierno denominada "Marea Roja" que se realizó en la avenida Bolívar, una de las principales de la capital venezolana.



El presidente Maduro acudió a esa concentración, en la que dijo que este jueves habían logrado que triunfara la paz y que habían derrotado una intentona golpista.



"Hemos venido a cantar el canto de la victoria y de la paz. Ha triunfado la paz nuevamente. Ha triunfado Caracas. ¡Victoria, victoria, victoria popular!", dijo Maduro ante sus seguidores.



El mandatario dirigió numerosos ataques contra el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, a quien acusó de estar al tanto de estos supuestos planes de desestabilización. Y anunció que tiene listo para aprobar un decreto para despojar de inmunidad parlamentaria a todos los diputados del país.



"La inmunidad parlamentaria está hecha para hacer cumplir las leyes, no para violarlas", aseguró.



Ramos Allup, por su parte, calificó como un "disparate" que el mandatario quiera eliminar la inmunidad parlamentaria usando los poderes especiales que le fueron conferidos por la declaración de Emergencia Económica en el país.



"El presidente está en una situación de angustia y mucho nervios, porque ha visto que no son los partidos políticos sino los ciudadanos los que quieren activar el referéndum revocatorio, que es un derecho constitucional", dijo el dirigente opositor.



En cuanto al objetivo de la manifestación, afirmó que lo que buscaba era: "Presionar para que se nos reconozca y nos respete el derecho constitucional de revocar el gobierno este año".



Los opositores, agrupados en la coalición Mesa de la Unidad Democrática, convocaron a esta manifestación hace varias semanas y movilizaron a sus partidarios desde otras partes del país.



El gobierno había dicho que detrás de la convocatoria existían planes para ejecutar un golpe de Estado.



La oposición rechazó estas afirmaciones y, en cambio, acusó al gobierno de valerse de numerosas trabas para intentar evitar que los manifestantes de otras partes del país pudieran viajar a Caracas para participar en la protesta.



Fecha límite

La protesta de este jueves buscaba presionar al Consejo Nacional Electoral para que ponga fecha al referéndum revocatorio del mandado de Maduro que impulsa la oposición desde abril.



El revocatorio es un mecanismo previsto en la Constitución venezolana para, por votación popular, sacar del poder al presidente una vez que ha superado la mitad del periodo para el que fue electo.



Si quiere lograr un cambio real de gobierno, la oposición necesita que la consulta se realice antes del 10 de enero de 2017.



La Constitución venezolana establece que si el revocatorio se realiza cuando al presidente le quedan menos de dos años de mandato, el vicepresidente debe hacerse cargo del gobierno hasta el final del periodo en 2019, con lo cual el partido en el gobierno seguiría en el poder.



De allí, la urgencia de la oposición y su razón para convocar la manifestación de este jueves, pues necesitan que las autoridades electorales fijen la fecha para recoger las firmas del 20% de los votantes, el próximo trámite a cumplir.



La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, ha señalado la posibilidad de que la recolección de las firmas se realice a finales de octubre, lo que pondría en riesgo el objetivo de la oposición de hacer la consulta este año.



Ante las protesta, Lucena ha dicho que el CNE no aceptará presiones y que los plazos deben cumplirse.



Desde el gobierno, por otra parte, se ha dicho desde hace meses que el revocatorio no se hará en 2016 y se ha culpado de ello a la oposición por haber presentado su petición en abril y no en enero.



"El revocatorio sería lo ideal, lo más pacífico, la mejor solución", dijo Giancarlo Rodríguez, un estudiante de 23 aós que acudió a la manifestación de la oposición.



Más manifestaciones y cacerolazo. En general, la "Toma de Caracas" se desarrolló sin mayores incidentes, aunque la MUD informó a través de su cuenta de Twitter que la Guardia Nacional Bolivariana lanzó bombas lacrimógenas contra algunos manifestantes que se encontraban en la caraqueña urbanización de Las Mercedes.



En torno a la una de la tarde, el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, leyó un manifiesto y se refirió a la convocatoria de este jueves como "el inicio de la etapa definitiva de esta lucha".



La oposición anunció que esta noche realizará un cacerolazo para celebrar la "Toma de Caracas" y que realizarán nuevas manifestaciones el próximo 7 de septiembre pero esta vez hacia las oficinas del Consejo Nacional Electoral en cada estado del país, para seguir exigiendo la fecha para recoger el 20% de las firmas, el siguiente paso para convocar el revocatorio.



Para el 14 de septiembre, Torrealba anunció una manifestación de 12 horas en las capitales regionales. El CNE podría anunciar la recogida de firmas el día 13.



La MUD también dijo que al día siguiente de la recolección de firmas convocará la "Toma de Venezuela", una movilización que durará 24 horas.



Participación

Durante la llamada "Marea Roja", el veterano dirigente José Vicente Rangel, quien fue vicepresidente y canciller durante el gobierno de Hugo Chávez, dijo que la movilización convocada por la MUD había fracasado pues apenas habían reunido a unas 30.000 personas.



Ese dato contrasta con los cálculos de la oposición que estimaba una participación de centenares de miles o, en los casos más optimistas, de un millón de personas.



A varios kilómetros de donde hablaba el presidente Maduro, una manifestante le hacía una petición. "Que escuche, que abra sus ojos bien, que sea más consciente antes de que acabe en algo peor", le dijo a BBC Mundo Deisi, fisioterapeuta de 32 años.



A metros de ella, dos ancianos vendían camisetas en la que se leía: "#Yorevoco".


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