Ashley le pidió a su mamá que buscara una calculadora negra en su cajón. Sin embargo, ella encontró con una bolsa inesperada: había pastillas extrañas envasadas.
La madre, asustada, les sacó una foto y le escribió a su hija: “¿Qué es esto Ashley Carol? No tendré drogas en mi casa. Ven a casa ahora mismo”. La joven, sorprendida, le dijo que no eran drogas y le pidió que las pusiera en agua.
Para sorpresa de la mamá las pastillas no eran drogas, sino que se transformaban en unos dinosaurios muy tiernos.