Parejas

La llegada del primer hijo, ¿la principal causa de infidelidad en la pareja?

Según el relevamiento de una red social, el 72% de los hombres reconocieron que buscan un segundo amor para huir de la monotonía

Que la llegada de un hijo modifica por completo la vida de una pareja no es novedad. Que el hecho de que llegue al hogar una persona que depende el 100% del tiempo de otro para -literalmente- sobrevivir "sacude" la estructura de cualquier familia tampoco sorprende.



Eso es lo que ocurre cuando nace un hijo. Y lo que lleva a muchas parejas a una crisis.Tanto, que muchos hombres aseguran que el estrés que genera la paternidad y la exclusiva atención de la mujer hacia el nuevo integrante de la familia los impulsa a buscar una aventura fuera del matrimonio. Así lo confirma una reciente encuesta elaborada por una red social para personas comprometidas que buscan una relación paralela.



Second Love consultó a 4500 hombres de sus principales mercados (México, Chile y Argentina) sobre la primera vez que habían sido infieles a sus parejas. Les preguntó en qué momento de la relación habían "caído en la tentación", por qué motivo y hacía cuánto tiempo tenían un vínculo paralelo a su matrimonio.



De acuerdo con los usuarios entrevistados, los principales motivos para tener una aventura son la monotonía de la relación (55%); el deseo de recuperar la ilusión del enamoramiento (27%); la falta de satisfacción sexual (12%); y evitar un divorcio o separación (4%).



Otros usuarios (2%) adujeron diversos motivos como la convicción de que una sola persona no les resultaba suficiente para colmar sus necesidades amorosas toda la vida; o la venganza por una infidelidad de su pareja.



Un dato llamativo fue que, dentro de quienes sostuvieron que eran infieles por monotonía, un 72% reconoció que su interés por encontrar un segundo amor se había incrementado a partir de la llegada de sus hijos, especialmente del primero.



Es que, según ellos, el "sismo" que provoca en la vida familiar la llegada de un nuevo integrante, el desplazamiento de la atención hacia el pequeño y el período de "cuarentena" generan una rutina familiar sin adrenalina.



Al contrario de lo que suele creerse, el interés por una aventura no siempre termina en un encuentro sexual. El 40% de los encuestados se limitó a lo que se denomina una "infidelidad emocional" o flirteo, es decir, charlas o llamadas íntimas, intercambio de fotos y vídeos, etc. El sistema preferido para hacerlo son los programas de mensajería como Whatsapp.



Solamente en el 38% de los casos llegó a existir un contacto físico como besos, abrazos, etc. Y apenas en el 22% de los casos las aventuras terminaron en un encuentro sexual.



Cabe resaltar que el mayor porcentaje de hombres infieles se concentran entre los 30 y 45 años, franjas etarias en las que se suele tener hijos que aún no comenzaron el colegio. Hacia finales de la década de los 40, los hombres son más moderados en sus encuentros extramatrimoniales. Además se muestran más exigentes y selectivos. Siguen siendo infieles pero a un ritmo más relajado que cuando tenían 20 años menos.

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