Importante saberlo

Después de leer esto, nunca más demorarás en cambiar las sábanas de tu cama

Mirá en esta nota la importancia de cambiar las sábanas.

La vida está hecha de pequeños placeres y grandes momentos, como dicen algunos. Y sobre todo, tras un largo y duro día en el trabajo, el placer más grande es meterte en la cama y sentir el olor a limpio de las sábanas. Aunque si eres de las que creen que las sábanas no se ensucian tan a menudo como decía tu madre, o que era una exagerada al cambiarlas cada semana, ¡cuidado! Las sábanas es el lugar donde se concentran más baterias, piel muerta, hongos y materia fecal. Sí, eso último también, ¡tal y como lo lees!



Una encuestra realizada a 1187 lectoras sobre la frecuencia de cambiar la ropa de cama, el 44% de mujeres dijo lavar las sábas una vez por semana, un 31% confesó hacerlo dos veces al mes y el 16% restante reconoció no hacerlo casi nunca...



Bien, el veredicto ante la cuestión es el siguiente: las sábanas deben lavarse una vez por semana, según expertos en microbiología e inmunología.



¿Y por qué tan a menudo? La explicación es simple: al meterte en la cama tu piel pierde millones de células muertas. Desde la crema hidratante, el maquillaje, el sudor, el pelo o cualquier cosa que haya rozado con otra durante tu día, como la caspa de los animales o el polen del mismo aire, desprende estas bacterias. Todo lo que te rodea, en definitiva. Y lo de la materia fecal se debe al sudor, que lleva este germen y consecuentemente, puede contraer la bateria E. Coli.



Por si aún no estuvieras convencida, es importante tener en cuenta que tu piel y el sudor atraen a los ácaros, y los alimenta. ¿Ahora sí cambiarás las sábanas más a menudo?



Sigamos. Es importante también saber las consecuencias que tiene la materia fecal en la cama: puede agravar las alergias y el asma. Y aunque en este momento estés pensando que tú no tienes alergias, ¿te despiertas a veces por la mañana con los ojos rojos y la nariz tapada? Adivina por qué.



¡Pero espera un momento! No creas que con lavar tus sábanas una vez por semana vas a dormir en un lecho de princesa... El tiempo también castiga y la gravedad se hace cargo de que partículas y bacterias se filtren y acomoden en tu colchón y almohada. Sí, es duro leer pero cierto. Con esto no queremos decirte que tires tu colchón o compres almohadas nuevas (¡no!), sino que es más fácil de evitar que las bacterias se acumulen si utilizas fundas protectoras. Lo ideal es utilizar fundas impermeables y transpirables que incluyan un cierre hermético. De este modo cubrirás el colchón por completo.

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