Te vas a emocionar

Conmovedora carta de despedida de una joven mendocina antes de morir

Sabrina Vicchi luchó nueves meses contra un cáncer de intestino pero ese sufrimiento lo transformó en un hermoso mensaje esperanzador para quien lo lea.

Sabrina Vicchi fue una de las tantas personas que luchó hasta el final contra el cáncer, y quien logró convertir su enfermedad en un mensaje de esperanza para sus seres queridos. La joven falleció el pasado 24 de febrero a sus 35 años, y en el día de hoy el diario mendocino Mdz compartió la carta en la cual volcó sus sentimientos. 



Por su parte, Clarín aportó un testimonio de su hermana de 33 años: ”Era una persona especial, distinta. Creía que había algo más allá de la muerte. Supo aceptar su enfermedad, quería verse bien y dejar un mensaje de agradecimiento”.



Sabrina se enteró de su enfermedad, un cáncer de intestino, en el día de su cumpleaños, el 21 de abril del año pasado. A fines de 2015 tenía planeado casarse con Roberto, su pareja desde hacía dos años y con quien planeaba tener hijos. La reserva del salón y la boda debió ser suspendida.



Su despedida fue de la manera que ella deseaba, el féretro tapado y empapelado con fotos de sus seres queridos, quienes brindaron con fernet y champagne, mientras sonaba de fondo Pearl Jam, su banda favorita. En el momento anterior de la cremación, leyeron su carta que fue distribuida a todos los presentes.



La joven era maestra jardinera, profesión que amaba además de disfrutar de la naturaleza y los viajes. La Patagonia era su lugar favorito, por tal motivo, la familia cumplirá su pedido de esparcir sus cenizas en el faro del Fin del Mundo en abril, mes de su cumpleaños.



Una carta de despedida, 8 de agosto de 2015. Por Sabrina Vicchi




"Son las nueve de la mañana de un sábado gris y frio, hoy me desvelé con la mente bastante inquieta lo que me trajo a sentarme a escribir mis pensamientos y las sensaciones que me invaden, probablemente sea complejo intentar explicar o duro de describir pero creo que es importante hacerlo y poder plasmarlo.



El 21 de abril de este año, en mi cumple número 35 me dieron la noticia que tengo cáncer. Infinitas ideas, emociones, sentimientos, pasaron por mi cabeza. La más predominante obviamente fue encontrarme con la posibilidad cercana de morir. Comencé desde entonces a vivir con la idea diaria de la vida y la muerte. Lo fugaz, la vulnerabilidad, la incertidumbre, la desesperación, la tristeza, esta posibilidad comenzó a acompañarme cada día y hoy voy a escribir sobre ella.



Me siento afortunada porque en todos estos años de experiencia y por lo aprendido tomo la muerte como un paso a algo mejor, están unidas la vida y la muerte porque es parte de la misma y todos sabemos que en algún momento u otro va a llegar, no sabemos cómo ni cuándo de qué forma pero sabemos que está. Y me he aferrado a que morir es solo desaparecer del plano físico y dejar mi cuerpo.



No tengo la certeza de donde iré si me esparciré entre la naturaleza, si me iré al cielo con Dios a charlar de la vida, si pasaré a convertirme en un pájaro o simplemente reposaré en una nube con felicidad plena. Pero la idea la tengo y la fe me sobra para tener claro que si dejo este plano terrenal estaré feliz y en paz. Esto lo pensaré sea ahora o dentro de 40 años que llegue mi hora… la cuestión es que no tengo miedo, ni quisiera que cuando me vaya, las personas que me rodean se entristezcan.



Desde pequeña siempre dije que mi velorio sería una fiesta para celebrar la buena vida que tuve, una fiesta donde haya música suene rock, tango, música pop, música. Me gustaría que haya fotos, porque las imágenes de los buenos momentos transcurridos son las que me voy a llevar en mi alma. Me gustaría que haya comida y bebida sobre todo para brindar, brindar muchas veces en mi nombre y en honrar la vida de cualquier ser humano. No quiero que me entierren sino que me esparzan en el Faro del Fin del Mundo para que mi cuerpo físico simbólicamente se vaya al infinito entre la naturaleza y sea parte de ella.



La vida es casi un suspiro y no quisiera que ese suspiro cause tristeza sino alegría por haberlo transitado. Desearía que la gente me despida recordando momentos conllevados, que cuenten anécdotas, historias y situaciones que pudimos pasar.



Cuando me vaya de aquí quisiera que cada una de esas personas que asistan y lamente mi partida física sepa que yo desde lo más profundo de mi alma estaré agradecida por cada gesto, cada palabra, cada abrazo. Les diría fue un placer, un gusto, un regalo compartir mi vida con cada uno de ellos.



Quisiera que todos sepan lo afortunada que me siento por cada una de las personas que se cruzaron en mi camino, hoy he aprendido a ver la luz en cada uno de los seres, no me alcanzan las gracias para darle a mis viejos que se convirtieron en mis palenques, mis ejemplos, mis hermanos que me han dado tantas alegrías y risas y dolores de cabeza que valieron la pena. Mis sobrinos directos y los hijos de mis primos que adoro tanto, que me han llenado el alma de felicidad y me sacan las sonrisas más lindas. Mis dos abuelas han sido mi gran inspiración de entereza y determinación. A todo el resto de mis familiares que me dieron la posibilidad de conocer en verdadero concepto de familia, el apoyo constante, vivir en común unión, en defendernos y estar ante cualquier adversidad. A mis tías y tíos que jamás dejaron de enseñarme y abrirme su abrazo para recibirme como soy. A mis primos más cercanos y a los de lejos que siempre aprovechamos para pasar buenos ratos y con los cuales tengo muchos recuerdo divertidos y tantas aventuras que pasamos, cuánto tiempo compartido.



En estos 35 años conocí muchas personas, que se convirtieron en mis amigos y amigas, cada uno de ellos me acompañó creciendo, convirtiéndome en un adulto, la difícil tarea de pasar la niñez y adolescencia de tantos cambios y cosas nuevas que experimentamos. Es maravilloso encontrar seres que sin lazo sanguíneo se compromete a capa y espada para hacer los instantes más divertidos y alegres. A los colaterales, personas que son amigos de mis amigos y los hermanos y los padres que conocí por ellos que también me abrieron sus brazos con tanto cariño. Si me pongo a pensar tengo tantas anécdotas que me llenan el alma de felicidad.



A los hombres que me hicieron descubrir el amor, el romance, que en su complejidad pude aprender el misterio de las relaciones, a todos ellos que se convirtieron con el tiempo en recuerdos de valiosos y entramados cuestionamientos de la vida en pareja y de ser amada como mujer. A mi compañero que hoy transita mis días y me rescata doy gracias por tenerlo y llenar mi corazón de esperanza y sueños, que me reviven e intensifica mis deseos.



He tenido el gozo y la bendición de conocer personalmente a mis ídolos a mis modelos, a muchos personajes que me marcaron siempre para bien y en positivo a través de los cuales fui convirtiéndome en la persona que soy. Cada uno de los que pasaron por mi vida dejaron un marca, un sello y me constituyeron en el todo, que cada día soy. Conmigo me llevo lo mejor de cada uno, más que satisfecha y siempre agradecida de cada oportunidad. Por haber tenido la dicha de existir de experimentar, de tener la familia maravillosa que me toco, de haberme cruzado con amigos y amigas que me hicieron reír y llorar, he viajado por el mundo y disfrutado cada paisaje, cada aroma, cada imponente atardecer.



He tenido la suerte de nacer con una vocación, que pude plasmar y volver realidad, mi trabajo me ha llenado plenamente. Trabajar con los peques, verlos crecer, aprender, ya casi 16 años de estar cantando, jugando con masa, cambiando pañales, observarlos descubrir las pequeñas cosas de la vida, verlos darse un beso y pedir disculpas, verlos bailar y pintar, que puedo decir de lo que elegí que estuve más que acertada y orgullosa de poder ayudar a las familias en la crianza de sus hijos porque, no sólo los acompañé a ellos sino que también lo hice con los papas y ellos también han sido generosos y abiertos en compartir lo más preciado que una pareja puede tener que son sus hijos.



Me he divertido como loca con niños, he aprendido tanto de todos ellos, desde su energía, su simpleza, la forma en la ven el mundo, la capacidad de sorpresa y la imaginación. Elegí un trabajo donde dar amor fue el eje fundamental e imprescindible que más podría pedir… a pesar de que mi ocupación me haya cansado por momentos o me implicara muchos esfuerzos, no puedo más que dar gracias por lo que hago, y además tuve la suerte de tener muchos buenos compañeros de trabajo de los cuales saque muchas cosas positivas, me enseñaron y me apoyaron para crecer como profesional e hicieron también muy amena la tarea. Después llegó el Planeta Imaginario y se me ensancha el corazón de orgullo y de felicidad poder concretar este proyecto, vencer los miedos y compartirlo con mi familia es una enorme gratificación. Una enorme responsabilidad que pudimos asumir con mucho compromiso y dedicación. Así es que feliz de mi socia mi madre y mis hermanas, de los dos contadores y nuestro diseñador. Es un sueño hecho realidad. Un infinito placer y profunda alegría.



Hoy frente a frente con la idea cercana de morir no puedo evitar sentir dicha de la vida que tuve. Hoy solo tengo mi pasado y mi presente. Puede sonar trágico y dramático. Pero adentro mío es lo que pasa. A mi dios y a la energía del universo les pido cada minuto me den la posibilidad de vivir más tiempo, de poder cumplir más proyectos, de tener más oportunidades para disfrutar, para hacer, ser y amar. Pero son cosas que no manejo. Me aferro a la vida intensamente. Deseo vivir y aprovechar cada instante que hoy valoro y resignifico más que nunca.



Hoy, enfrentarme con la muerte me ha dado la posibilidad de fortalecerme, de darme cuenta lo bello y lo profundo que es existir, los aprendizajes se afianzan cada día la salud, el moverse, cuidarse, el trabajo, los afectos, el aire, la montaña, una risa, un almuerzo, una café con una amiga, un asado familiar, sentarme a planificar las cosas del jardín, todo lo que está a mi alrededor está cambiando, se convierte cada minuto en un tesoro, en una alegría, esta situación ha hecho de mí una persona diferente. Pase lo que pase. Hoy, mañana o dentro de 40 años.



La idea de muerte ha enaltecido mi vida, la ha convertido dándole mucho más valor y conciencia que el que nunca tuve. Hoy la idea de muerte y fin han hecho que disfrute más intensamente el momento presente, que aproveche el minuto a minuto y que viva de una forma más profunda y alegre.



Hoy Soy feliz. Y espero ustedes, todos lo sean también. Los amo y amo la vida por siempre y para siempre enteramente yo. Gracias infinitas".


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