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Cinco cosas que Los Simpsons predijeron

Países en default, animales alterados genéticamente y más.

La crisis económica griega. En el capítulo "Políticamente inepto, con Homero Simpson", de enero de 2012, Bart vuelve una estrella de los medios a su padre después de subir a YouTube un video suyo criticando el trato a los pasajeros en las aerolíneas y, al poco tiempo, se convierte en el conductor de un programa. Antes de que eso ocurra, Homero es entrevistado en un noticiero y, mientras transcurre la nota, se puede leer en el zócalo en pantalla la noticia de último momento: "Europa subasta a Grecia en eBay".

Peces mutantes. Desde su aparición en "Two Cars in Every Garage, Three Eyes on Every Fish", el pececito Blinky se ganó su espacio en Los Simpsons gracias a la particularidad de tener tres ojos, producto de la contaminación de la planta nuclear. En 2011, Argentina fue noticia gracias a que un grupo de pescadores sacó de las aguas del lago Embalse, una tararira con la misma cantidad de globos oculares. ¿Y a metros de dónde fue atrapado el pez? De una central nuclear, por supuesto.

Comida con gusto raro. En 1994, la cafetería de la escuela comenzó a alimentar a los alumnos con carne de caballo para achicar costos. Dos décadas más tarde, hubo un revuelo notorio en Inglaterra por algo similar: un análisis bromatológico demostró que el ingrediente secreto de una marca de hamburguesas comercializada en los supermercados británicos era nada menos que carne equina. El escándalo hizo mella en otros países europeos al poco tiempo.

Una carrera inagotable. En 1995, Matt Groening planeó la primera proyección a futuro de Los Simpsons, al narrar el enamoramiento de Lisa mientras estudiaba en la universidad. Con la acción ambientada en el 2010 (quince años más tarde de cuando el capítulo fue emitido), en la habitación de Lisa hay un poster de los Rolling Stones anunciando la gira "Steel Wheelchair Tour" (un juego de palabra entre Steel Wheels y el término en inglés para 'silla de ruedas'). Al momento en el que el capítulo salió al aire, Jagger y compañía tenían cincuenta y pocos y ya eran vistos como viejos. Mal que le pese a Groening (o a sus guionistas), dos décadas más tarde aun siguen tocando.

Un negocio redondo. En 1998, Homero y Bart deciden improvisar una pyme familiar al descubrir que, tras freír 27 dólares de panceta, obtenían 63 centavos de ganancia por la grasa residual. Padre e hijo deciden robar el depósito del comedor de la escuela y, por si cabía alguna duda, la cosa sale mal. Fue todo risas, hasta que en 2008 esto comenzó a ocurrir en serio en varios restaurants estadounidenses, aunque con un motivo distinto: algún genio descubrió que la grasa de las freidoras es un ingrediente clave en la destilación de biodiesel, por lo que los robos tenían por fin la creación de un combustible alternativo.

Fuente: Rolling stone

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