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Maju Lozano "Me ofrecieron hacer un trío"

Maju Lozano se prendió a la "Honestidad Brutal" de DiarioShow.com, y fiel a su estilo habló sin pelos en la lengua de su intimidad.

Contó que tiene "manía con el orden" y a la hora del amor, reconoció: "Siempre me enamoré de las personas equivocadas".

Maju Lozano se encuentra actualmente conduciendo Lalo por Hecho por radio La 100, programa radial de Lalo Mir y en el que también están Jimena Vallejos y Fernando Sanjiao. Nacida en Paraná, Entre Ríos, un día decidió dejar su tierra natal para vivir en Buenos Aires y hubo un hecho que le marcó la "bienvenida", como cuenta en DiarioShow.com. En esta nota, la carismática actriz y periodista abrió las puertas de su vida con mucha "Honestidad brutal".

-¿Cuál es tu mayor habilidad como ama de casa?

-Soy muy buena ordenando el placard. Lo hago por color, por temporada, las camisas con estampas deben estar juntas y separadas de las jean, por ejemplo. Tengo una manía con el orden. Creo que esta forma la adopté porque, desde que me mudé sola, viví en lugares chicos.

-Y siendo tan prolija, ¿qué pasa si no encontrás una prenda?

-Soy capaz de llegar tarde a la radio si no veo lo que me quería poner, además de que mi humor pasa a estar para el ort...

-¿Tenés otra manía?

-No me gusta el plato desordenado. Si me traés una milanesa y el puré la toca, me pongo loca. Lo mismo pasa con la ensalada, tengo que tener la lechuga por un lado, el huevo por el otro. A mi hijo de tres años también le gusta comer a mi forma, pero es lógico, me ve todo el tiempo hacerlo, ¡pobre! Eso sí, cuando voy a la casa de otro, soy una lady y no pido que no encimen la comida.

-¿Una mentira graciosa?

-Yo no miento, exagero. Nunca voy a contar las cosas tal cuales son porque estoy acostumbrada a agrandar los temas en la radio. También cuento anécdotas ajenas como propias. La última que conté fue haber revuelto la basura para comer bolas de fraile. Eso no fue algo que me pasó a mí sino a mi representante. Él las había tirado para no tentarse, pero se hizo de madrugada y no aguanto más y se comió tres del tacho.

-¿Una aventura?

-Vinimos a vivir a Buenos Aires con una amiga cuando teníamos 19 años y había otras amigas en Pinamar. Nosotras no teníamos un mango e hicimos dedo. Nos paró un camionero. Lo más copado de todo es que nos dio pautas de supervervivencia para la ruta.

-¿A qué le tenés miedo?

-A la oscuridad; le tengo pánico. Me da claustrofobia y por eso duermo con la persiana levantada. Es algo que me pasa desde chica y que nunca pude superarlo. A mi nene lo hago dormir con una luz chiquita. Creo que le estoy pasando todas mis manías, de a una, de a poquito...

-¿Mayor defecto físico?

-La panza, pese lo que pese. Ese rollo enorme debajo del ombligo lo detesto. Además, con un jean, sale para afuera y tenés que buscar la remera ideal para que no se note.

-¿Y el mayor defecto de personalidad?

-Soy cabrona, salto como leche hervida y puteo en la calle cuando manejo. Una vez, un tipo me encerró y casi me la doy contra un "bondi", no me pidió disculpas y lo seguí muchas cuadras, me le puse al lado y él se bajó y me cagó a patadas al auto. Ahí me re asusté y aprendí a no ser tan impulsiva. Es que siempre hay un loco que está peor que uno.

-¿Cúal fue la mayor vergüenza que pasaste?

-No sé si llamarlo así, creo que fue más algo incómodo. Trabajaba como bartender en un boliche y me paró una pareja para hacer un trío. Yo tenía 21 años y recién había llegado a Capital, estaba muy caída del catre. Para mí, ese momento fue algo así como un "Bienvenida a Buenos Aires".

-¿Qué odiás de los hombres?

-Que sean vuelteros. Lo más lindo del hombre es la simpleza, para complicadas estamos las mujeres. No me gusta el histeriqueo, me parece una pérdida de tiempo. Si me dicen "no sé cuando nos vemos", no les hablo más. Para mí, no es nada seductor el que se hace el difícil. Por otro lado, nosotras estamos yendo cada vez más al frente y no me parece mal, debemos estar en igualdad de condiciones.

-Contame un avance tuyo...

-En charla por Whatsapp, le pregunté a un hombre cuándo nos veíamos y me dijo: "No, pará, es muy rápido". Claramente no gustaba de mí y no me lo quería decir.

-¿En qué te parecés al sexo opuesto?

-Soy igual a ellos en que no soy rosquera, no soy celosa, ni de preguntar dónde fuiste porque no me gusta que me rompan las pelotas a mí.

-¿Algo que hacés a escondidas por vergüenza?

-Me pongo detrás de la puerta de la heladera y como dulce de leche con los dedos de la manos, cual nena. También, trato de que no me vean mientras bajo desde mi departamento, que está en el piso 11, hasta planta baja, porque voy haciendo muchas caras.

-Hablame de tu primer beso...

-Fue horrible porque iba a dejar a mi novio ese mismo día. Estábamos yendo a tomar un café, me encajó un beso en la boca y, tras caminar dos cuadras, corté la relación. Claramente, un debut y despedida.

-¿Dejaste más de lo que te dejaron?

-No, al contrario. Es que siempre me enamoré de las personas equivocadas. Siempre me gustó, como a la mayoríaa de las mujeres, el hombre rebelde, el que no conviene.

Por Lucila Rossi

@ludiablita / lrossi@cronica.com.ar

Fuente. Diario Show

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