Un monstruo

La repugnante confesión de la perversa que mató al nenito de 8 años: "Me fumé un cigarro..."

Ana Julia Quezada confesó la autoría del crimen de Gabriel Cruz y el mundo todavía no sale de su asombro.

España aún no se recupera del golpe. El asesinato de Gabriel Cruz, un niño de ocho años que había desaparecido en Níjar el pasado 27 de febrero, en manos de su madrastra conmociona al país. El relato de la mujer, que confesó el crimen, lo vuelve más macabro.

Ana Julia Quezada, una dominicana de 43 años, la madrastra y presunta asesina del pequeño, habló este martes con la Guardia Civil horas después del hallazgo del cuerpo en el baúl de su auto y admitió lo que había hecho: "Estaba solo, jugando con un palito. Le dije: 'hombre, si estás solo vente conmigo. Voy a la finca'. Él se subió en el coche, fuimos a la finca y yo me puse a pintar. Él se quedó fuera jugando".

Entonces comenzaron los problemas. Quezada, la pareja de Ángel, el padre de Gabriel, dijo que en un momento vio al niño jugar con un hacha, por lo que se preocupó y quiso sacársela, pero según su declaración fue en ese momento cuando el menor comenzó a insultarla: "Él me dijo: 'tú no eres mi madre, tú no me mandas y además no te quiero volver a ver nunca'. Así que nos peleamos por el hacha, se la quité y al final, con la rabia, acabé asfixiándolo, tapándole la nariz y la boca", de acuerdo con lo publicado por el diario El Mundo.

Lo primero que hizo tras matar a Gabriel fue fumar un cigarrillo. Ella misma lo contó. "Saqué el paquete de tabaco y me fumé un cigarro. Y estuve pensando. No quería hacerle daño a Ángel así que lo mejor fue enterrarlo", dijo y agregó que minutos más tarde agarró una pala y lo enterró, sin ropa "así él [por su pareja] no sabría nunca lo que habría pasado".

"Si coloqué la camiseta en los juncos fue para despistar. Días más tarde agarré lo que quedaba de la ropa de Gabriel y la tiré dentro de un contenedor de vidrio en frente de un hotel. Al final vine a buscar el cadáver porque me dijeron que les entregase la llave (de la finca) y me puse nerviosa", según concluye su declaración.

Según informó La Nación, Quezada fue detenida el domingo en la población Puebla de Vícar donde reside: el cuerpo de Gabriel estaba en su vehículo, envuelto en una manta. "¡No he sido yo! ¡Yo he agarrado el coche esta mañana!", dijo la mujer a los guardias civiles al ser arrestada.

Hasta ese momento, Quezada era para el público la compañera del padre desesperado de Gabriel, quien daba entrevistas a la prensa vistiendo una camiseta con la imagen del pequeño. Sin embargo, ciertas actitudes (como no entregar el celular a las autoridades porque, según aseguraba, lo había perdido) encendieron la alerta de los investigadores.

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